Autoestima

La autoestima es la valoración que una persona tiene de sí misma. Se forma desde la infancia y se va fortaleciendo o debilitando a lo largo de la vida, según las experiencias personales, familiares, escolares y sociales. En la etapa escolar, la autoestima se construye mucho a través de cómo uno se siente en el aula: si se siente capaz, apoyado o aceptado. Las notas, los comentarios de los profesores, las comparaciones con los demás y hasta las amistades influyen en cómo una persona empieza a verse a sí misma. Cuando un estudiante se siente reconocido por su esfuerzo o talento, gana seguridad y confianza; pero si vive rodeado de críticas, burlas o indiferencia, puede empezar a dudar de su propio valor. Por eso, el ambiente escolar cumple un papel clave: no solo enseña contenidos, sino también ayuda a formar la imagen que cada uno tiene de sí.

Prevención

Prevención de la Baja Autoestima: Tips para Sentirte Mejor

La autoestima es clave para vivir una vida feliz y saludable. Aquí te dejo algunos consejos para mejorar tu autoestima:

Cultiva una Mentalidad Positiva:

- Identifica y cambia pensamientos negativos: no te critiques demasiado, reemplaza las críticas internas por afirmaciones realistas y positivas.

- Reconoce tus fortalezas: haz una lista de tus logros y habilidades. Reconocer tus éxitos, por pequeños que sean, refuerza una imagen positiva.

- Evita las comparaciones: no te compares con otros, enfócate en tu propio progreso.

- Perdónate: acepta que todos cometemos errores. Perdónate por tus imperfecciones y aprende de las experiencias.

Establece Metas y Rutinas Saludables:

- Fija metas alcanzables: divide los objetivos grandes en pasos más pequeños y manejables.

- Cuida tu bienestar físico: practica ejercicio, come de forma equilibrada y asegúrate de descansar lo suficiente.

- Dedica tiempo a lo que disfrutas: involúcrate en hobbies, actividades creativas o pasa tiempo de calidad con seres queridos.

Fomenta Relaciones y Habilidades:

- Rodéate de apoyo: pasa tiempo con personas que te apoyen, te valoren y te animen.

- Sé asertivo: aprende a expresar tus necesidades y a decir "no" cuando sea necesario sin sentirte culpable.

- Ayuda a otros: realizar acciones amables y justas con los demás puede aumentar la autoestima.

Recuerda

- Eres increíble tal como eres.

- No estás solo en esto.

- La autoestima es un proceso, no un destino.

Rehabilitación

Hablar con un una persona de confianza no solo sirve para “desahogarse”: permite descubrir de dónde vienen las inseguridades, los patrones de pensamiento negativos y las heridas emocionales que afectan la autoestima. Es un trabajo profundo y gradual.

A veces la baja autoestima se manifiesta en el cuerpo: tensión, postura encorvada, dificultad para respirar con calma. Estas terapias trabajan el cuerpo y la mente juntos (por ejemplo, bioenergética,  respiración consciente) para reconectar con el propio valor desde las sensaciones físicas.

El arte, la escritura o la música permiten expresar partes del yo que no salen con palabras. Estas actividades ayudan a sacar emociones bloqueadas y a reconocer la propia creatividad, algo que fortalece profundamente la identidad y el autoestima.

Talleres o acompañamientos donde uno explora su historia, sus heridas emocionales y su forma de relacionarse con los demás. No es solo pensar en positivo, sino entender por qué uno se siente poco valioso y cómo transformar esa historia.

Aprender a observar los pensamientos sin juzgarse permite ver que muchas creencias (“no sirvo”, “no soy suficiente”) son aprendidas, no reales. Este tipo de práctica cambia la relación con uno mismo a nivel profundo.

Muchas veces la baja autoestima viene de la infancia, cuando no se recibió suficiente cariño, aprobación o contención. Trabajar con el “niño interior” ayuda a darle hoy el amor y la validación que faltaron antes, lo cual puede ser profundamente reparador.

Participar en algo más grande que uno mismo —ayudar, enseñar, colaborar— puede reconstruir la sensación de valor personal desde la acción y el aporte social, no desde la imagen individual.

A veces cargamos con creencias heredadas (“nadie en mi familia logró nada”, “hay que ser perfecto”). Explorar esa herencia emocional ayuda a liberarse de mandatos que dañan la autoestima.